Si la vida es la historia contada por un loco llena de ruido y furia, como decía Shakespeare en Macbeth, los periodistas se dedican a quitar el ruido y la furia a la vida, a la sociedad. Es lo que opina el periodista José María Izquierdo. El informador debe hoy desbrozar “la sobrealimentación de datos” y “el exceso de información”, es decir, debe combatir “la desinformación”. El que fuera director adjunto y actual colaborador de EL PAÍS advirtió de los riesgos de la “infobesidad“, porque “el exceso de información es dañino para la salud social”.
Izquierdo participó en la mesa redonda Contra la desinformación, que tuvo lugar en el Centre Cultural La Nau, a propósito de su último obra ¿Para qué servimos los periodistas? (Libros de la Catarata), que reunió a buen número de personas en el acto organizado por Acicom (Associació Ciutadania i Comunicació), en el marco del Fórum de debats.
Periodista de relevante trayectoria también en el mundo de la televisión (fue responsable de informativos de Canal+ y CNN+), Izquierdo aportó una serie de datos sobre la desmesura tecnológica que, a su juicio, hacen aún más necesario el papel del periodista: en el el año 2016 habrá 2.000 millones de ordenadores y el número de dispositivos móviles conectados a Internet será entonces de 10.000 millones, cuando la población mundial sumará 7.300 millones de seres. Hoy ya hay más de 3.000 millones de personas conectadas a las redes sociales (1.000 a Facebook; 500 a Twitter…). Todo ello confluye en “otro tipo de desinformación”, diferente a la “censura de las dictaduras y a la más suave que se hace a través de los bancos” y de los poderosos, pero que hay que combatir desde un periodismo riguroso, basado en el contraste de datos y en desenmascarar lo que se pretende ocultar.
Izquierdo defendió un periodismo que selecciona a conciencia el tema que va a tratar, que elige si da la voz a un ministro o una persona de la calle, que aparta con su criterio el follaje envolvente de la selva mediática digital y lo pone en su lugar. “Seleccionar y jerarquizar son las razones por las que los periodistas servimos de algo”, sostuvo, antes de concluir afirmando que “el conocimiento ensancha y lubrifica el cerebro”.
Izquierdo fue presentado por José Ignacio Pastor Pérez, presidente de Acicom, y su intervención precedió a las de Ignacio Andreu, miembro de la directiva de la Unió de Periodistes Valencians; y Josep Lluís Gómez-Mompart, catedrático de Periodismo en la Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació de la Universitat de València. Andreu incidió en la importancia de interpretar las informaciones y de contrastarlas, lo que diferencia al periodista de cualquier otro usuario de la red que cuelga datos en Internet. Al mismo tiempo hizo una decidida defensa de las múltiples posibilidades de las redes sociales y de Internet para los periodistas.
Mompart reivindicó los informativos que dirigía Izquierdo en Canal+ y fue muy crítico con el actual panorama periodístico. Discrepó de la confianza en las grandes marcas de periódicos como El PAÍS, Le Monde o The New York Times, que había hecho Izquierdo (que también dijo confiar en otras marcas más pequeñas de la red), porque cubren determinadas informaciones de manera asimétrica y en función de sus intereses. También cargó las tintas contra la precariedad laboral del informador, contra la imprecisión, contra la pérdida de valores, y sobre todo contra “la toxicidad” de las TDT, “que son peores que los discursos más catastrofistas de los curas de los años 40 y 50”. Abogó por la especialización del periodista en el sentido de que pueda trabajar en profundidad en un tema con otros expertos en la materia.
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